lunes, 13 de agosto de 2007

Punto y aparte

Perdonemé por el encabezamiento de lo que intenta ser el comentario post-partido, querido lector, pero es que se me hace cuesta arriba rescatar de ésta, la primera presentación de Belgrano en el Torneo de la Primera B Nacional '07/08, algo que no sea el hecho matemático de haberse traído un punto (¿Puntito? ¿Puntazo? Lo dejo a su criterio) de la cuasi fantasmal noche en cancha de Almagro.

Opaco. Pálido. Deslucido. Rústico. Tosco. Chato. ¿Choto? Pongalé el adjetivo que usted quiera, querido lector. A los ojos de quien redacta, Belgrano fue todo eso y también un poquito más.

¿Qué pasó en cancha? No mucho. Poco. Intentos, intenciones, lucha, poco espacio y pocos generadores de espacio. ¡De los dos lados, eh! ¡Ojo! Pero si usted es de los héroes que todavía atesora en la caché el bodrio televisado, se va a dar cuenta que Almirante fue más. ¿Más qué? Más equipo, más llegadas, más explosión, y más ganas de ganar. No mucho más. Un poco más. Uno cree que de no ser por la afortunada noche de Olave -se encontró con dos pelotas en los quince finales que bien podrían haberse metido sin que naides se sorprendiera-, Belgrano se quedaba con las manos vacías.

Porque se hace harto complicado darle la pelota a un chico de 19 años -hablo de Matías Suárez; desprevenidos: juega muy bien- para que busque ganar el partido solo. Porque se complica tanto más cuanto menos te rinde ése doble cinco con el que ensayaste toda la pretemporada. Y ni te cuento si por las bandas tenés menos salida que El laberinto del Fauno (¿?).

Es bravo poner un cúmulo de picapiedras a desplegar sus dotes sobre el verde y a la postre maltratado césped cuando el fin es ganar un partido. ¿Era ése el fin? Pregunto. Dudo.
Agreguemos que a los que tienen que jugar aunque sea una pizca también los ponés a correr como en el hipódromo, y tenemos el combo completo de todo lo que no hay que hacer para ganar un partido de fútbol. Si hasta podríamos editar un libro/manual con la receta meticulosa para seguir al pie de la letra.

Arranque bien feo de Belgrano. Mezquino. Austero. A favor, la sensación de que quizá no vaya a ser fácil convertirle...y bueno, que esto recién empieza. Punto y aparte.

Flaco

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